Foto Ximo Amat Gomariz

XIMO AMAT

Ya en un artículo anterior expuse cómo había sido el camino hasta llegar aquí, a la verdad, al MCRC, que es como una simiente que ha ido a besar el suelo de una inerte y pegajosa carretera de asfalto, y pese a ello, ha encontrado una triza de tierra para germinar, y aportar a ese color gris pardo predominante de la calzada, un halo de esperanza en forma de retoño.

Citaba  Henry David Thoreau que la vida ciudadana la componen millones de seres juntos viviendo en soledad. Esto no es algo casual. La tendencia del poder es crear masas que caminan uniformemente hacia destinos u opciones que les marcan de forma premeditada, creando una adulterada concepción de la felicidad basada, además de en bienes materiales absurdos, en una falsa vida social, que no es más que una enorme inopia colectiva de incomunicación, de destierro de las relaciones entre personas.

Sin embargo esta realidad virtual adictiva y pegajosa es el camino más fácil a seguir si el individuo no tiene la suficiente capacidad para saber discernir y afrontar una contienda diaria contra un curso fluvial poderoso, que se disfraza de estado del bienestar, cuando realmente es de beneficencia, y anulación de voluntades.

La capacidad de alcance de las extremidades del régimen es cada vez más importante. Por supuesto que, clase política, funcionariado, enseñanza, medios de comunicación, cuerpos de seguridad, sistema judicial, son ventosas directamente adosadas a estos tentáculos de la oligarquía.  Sin embargo el monstruo va creciendo exponencialmente hasta haberse convertido en un kraken, que tiene un sistema depredador plebiscitario. O eres masa, o te devora atrozmente.

He aquí donde se contempla la magnitud de esta semilla que es el MCRC; y por ende de la verdad.  Cuando nos detenemos para a observar lo abyecto del sistema, la degradación total en la que están sumiendo al pueblo,  y la pesadilla que supone para la capacidad de lucha del ser humano esta dependencia del poder, enmascarada en el mantra del placer materialista. Es aquí cuando deberíamos activar todos los mecanismos de defensa, y pasar a la resistencia que supone, la acción.

Don Antonio García-Treviijano Forte acaba de cumplir la friolera de 88 años luchando por la libertad política colectiva. Por esa libertad que, o es de todos, o es imposible que sea. Así de claro y de liviano. Es más que probable que nunca vea la democracia en España. Sin embargo ha sido lo suficientemente tenaz, como para luchar día a día por ella sin despistarse un ápice de esta verdad.

Así pues os animo a todos a permanecer en esta verdad. Pese a las tentaciones que puedan surgir en este trayecto que ha emprendido el MCRC. Tentaciones en forma de cargos, puestos, subvenciones, prebendas, subsidios. Todas las trampas del régimen para anular vuestro anhelo de emancipación, de combate contra esta tiranía, ya desenmascarada.

Tan sólo recordaos que no desfallezcáis y tengáis en mente las palabras con las que despidió Don Antonio la conferencia en el Ateneo de Madrid. Palabras que son nuestra alma, y que van adquiriendo  la magnitud de gesta con el transcurrir del tiempo:

‘VIVAN LOS REPÚBLICOS’

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