Paco Bono 1
PACO BONO.

La gente detesta el dinero, culpa al dinero de ser la causa de sus males, dinero, dinero, dinero… ¿Usted cobra? Le preguntó el presentador de televisión a su invitado. No, yo no cobro por estar aquí, respondió Revilla. Son las once, esto es La Sexta. ¿A quién le importa que usted no cobre? ¿Acaso cobrar es malo? ¿Quién ha convertido en virtud la gratuidad? La gratuidad devalúa, resta méritos, no es transparente, oculta algo, que nadie da nada por nada, aunque nos digan que así sea, la vida es puro intercambio, hacemos aquello que nos satisface, constituya o no acto de Fe. ¡La autosatisfacción no es negativa siempre y cuando sirva al bien! Hay quienes hablan por hablar en televisión (y falsean la verdad), otros lo hacen en el salón de su casa o en el bar, pagándose unas birras (estos son menos lesivos). Bla, bla, bla…

¿Qué es el dinero? Una herramienta para el intercambio de bienes, pero también un producto. El dinero sirve al bien y sirve al mal, porque el dinero no es nada en sí mismo, como tampoco lo es un cuchillo. Por dinero se traiciona, se corrompe, por dinero se dice una cosa que no se piensa mientras se obra otra distinta. El dinero es el enemigo del necio, la excusa perfecta del hipócrita. ¿Usted cobra? Yo no. ¡Pues peor para usted! Ganar dinero con honradez es un hecho bueno y posible. Cuando el dinero resulta del esfuerzo y del talento, adquiere la condición de incentivo necesario para que la sociedad, como colectivo, avance de la mano el éxito individual. ¡Las buenas ideas tiene su premio!

Deberíamos entonces distinguir entre el dinero en manos privadas y el dinero en manos públicas, el dinero obtenido de modo legal con acuerdo entre dos o más partes y dinero obtenido de forma ilegal e impuesta, el dinero que genera riqueza y el dinero que degenera en pobreza. ¡Todo es dinero! Sin embargo, ¡la clave está en el contexto! ¡Falta profundización!, ¡han vetado la duda general! La envidia es la excusa que utiliza el demagogo del Estado para atacar a la virtud, a quien destaca, a quien es por sí mismo y no por el sacrificio ajeno. El dinero está mal visto porque es el arma y objeto con que las instituciones públicas con forma antidemocrática (los estados de partidos) controlan a la sociedad y la esclavizan, corrompiéndose y corrompiendo, enriqueciendo a sus socios y empobreciendo a la gran mayoría que los sustenta tan dócilmente (los siervos). El dinero está mal visto porque el Estado incontrolado limita artificalmente la consecución del beneficio. Hay países como España en los que se penaliza el trabajo, no merece la pena poseer dos empleos porque hacienda te sablea. Si ganas más de la cuenta el Estado te arrebatará más del 70%. ¡Aquellos que menos ganan…! ¡Reciben su medicina los ingenuos! El gobierno establece un salario mínimo ridículo y garantiza un subsidio miserable para que queden satisfechos. Vivid más con menos, es la consigna del farsante. ¿Usted cobra? Yo no, sólo lo hago del Estado, pero soy una víctima, mi país no me facilita un empleo, y la Constitución dice que tengo derecho al trabajo y a la vivienda digna… ¡Menuda trola te has tragado!

El dinero es tabú en España, porque al Estado de partidos le interesa. Disimulad, que el populacho comerá de nuestra mano, el pueblo ama el dinero ajeno, lo desea, la gente se vende por una limosna. ¡Hemos matado la honradez! (Piensan). El sistema parte del engaño colectivo, y se sostiene con el secuestro individual. Todo régimen político corrupto que desee perdurar en le tiempo intentará convencer a la gente de que el dinero es el origen de todos sus males. ¡Culparán al dinero (con el palabro mercados) pero te sangrarán a impuestos! ¿No te das cuenta? Tú no puedes defraudar a Hacienda, pero políticos y banqueros pueden robar legalmente gracias a su poder absoluto en el Estado. ¿Estado social y de derecho? ¿Para quién? ¡Para la casta!

¿Usted cobra? Ojalá. Yo trabajo para el Estado, mire usted, y no soy funcionario. Me dijo un autónomo. Yo no quiero ser rico, lo mío es un medio de vida, mi vida al servicio del poder… (Así de triste). No hay dinero malo, sino sociedades corruptas y gobiernos ladrones. Deberíamos rebelarnos primero en lo conceptual, para luego pasar a la acción política. Porque esto no lo cambiaremos nunca si no modificamos nuestra manera de hablar y de entender la realidad. Yo gusto de pagar el justo precio y de ganarme la vida honradamente. ¿Y usted?, ¿también? ¿Quién se lo impide? En su respuesta hallará a su verdadero enemigo.

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