La historia merecería incluirse en la biografía del rey de Patricia Sverlo, que DRC publica por capítulos: dos hermanos consanguíneos de diferentes madres e idéntico padre, Albert Solá e Ingrid Sartiau, se han unido desde Bélgica y Cataluña para interponer este fin de semana ante el Juzgado de Familia de Madrid una demanda por paternidad contra el rey Juan Carlos. “La demanda ya está puesta. La pusimos el viernes a las doce menos cuarto” , ha asegurado Solá al suplemento Vanitatis de El Confidencial.

“Ambos eran hijos ilegítimos de don Juan Carlos y reclamaban su paternidad. Una prueba de ADN demostraba la consanguineidad de los dos, probaba que eran hermanos, algo que desconocían hasta entonces. Los dos, desconocidos entre sí hasta las pruebas, decidieron unirse para reclamar la paternidad al rey. Dieron de plazo a Casa Real hasta el 2 de octubre para conseguir que el monarca se sometiese a unas pruebas de paternidad. Una vez cumplido ese plazo, Albert Solá y Sartiau han interpuesto la demanda”, señala el diario.

“La demanda es por filiación de paternidad”, afirma. Según él, el Rey estaba enterado de que se iba a interponer  la demanda. “Mi abogado, Jaume Paralós, mandó un burofax a Casa Real la semana pasada, y lo recibió el rey personalmente antes de irse a Cataluña para encontrarse con el presidente de la Generalitat”, afirma. El reclamo ante los tribunales no se ha producido antes porque “se pretendía llegar a un arreglo amistoso si el rey no quería que se le llegase a demandar”.

Desde los años 90, Albert , catalán de 56 años, viene reclamando su relación filial con él. A mediados de los años cincuenta, el por aquel entonces príncipe Juan Carlos, hizo un viaje desde la academia militar de Zaragoza, donde se encontraba estudiando, a Barcelona. Allí, según narró Solá a Vanitatis hace unos meses, habría conocido a María Bach Ramon, hija de una familia de conocidos banqueros de la ciudad, que daría a luz a Albert en 1956.

 

 

Tras el parto, unas enfermeras de la Maternidad de Barcelona arrebataron el niño a María Bach y lo llevaron a Ibiza, lugar en el que estuvo hasta 1961. Pasada su estancia en la isla balear, regresó a Barcelona y en 1964 fue adoptado por la familia Solà Jiménez, de Sant Climent de Peralta. Al empezar a investigar sobre su familia biológica, Albert descubrió en unos documentos que aparecía la expresión “chupete verde”, una acotación que, según algunos historiadores consultados por él, hace referencia a los bebés de sangre real.

Por su parte, Ingrid Sartiau reside en Gante y tiene 46 años. Su madre le comunicó la identidad de su progenitor mientras veía la televisión según narró ella misma a Vanitatis. La joven sostiene que su madre, Liliane Sartiau, conoció al monarca en 1956, en Francia. La pareja se reencontró en 1966, en una feria en Luxemburgo, y nueve meses más tarde nació la pequeña Ingrid.

Pese a descubrir hace años el nombre de su supuesto padre, empezó a indagar su ascendencia hace solo unos meses.Convencida de su relación con el monarca, buscó información sobre los Borbón. Casualmente, buceando en internet encontró a una persona en su misma situación: Albert Solà. Ahora los dos se han unido en una demanda de paternidad que llevaban planeando desde hace meses.

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